Los beneficios de la sal sin refinar pasan a menudo desapercibidos por muchos de los consumidores. Sin embargo, en este artículo intentaremos aclararos un poquito más acerca de las ventajas de su consumo. ¡Adelante!
Entre los distintos tipos de sal que existen: sal yodada, sal gema, sal refinada y sal sin refinar, la última de ellas se posiciona en el campo de la salud por sus beneficios a nivel de equilibrio iónico y electrolítico de nuestro cuerpo. Y una vez leído esto diréis… ¿qué son estos “palabrejos” tan raros?
La sal sin refinar se compone de una serie de oligoelementos y minerales, que en pequeña cantidad son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. De esta forma, destacamos la presencia de cationes (poseen carga positiva) como el sodio, el calcio, el potasio y el magnesio; además de aniones (carga negativa) como los bicarbonatos, cloruros, sulfatos y nitratos, entre otros.
Sin embargo, muchos supermercados comercializan una tipo de sal que ya ha sufrido un proceso de refinado industrial, en el que muchos de sus ingredientes naturales quedan excluidos, resultando más pobre en composición. En ella, solo el cloruro sódico es elemento principal.
No son abundantes los lugares donde encontrar sal sin refinar, bajo un proceso de fabricación y extracción artesanal. EUROSAL es uno de los pocos sitios donde la venta puerta a puerta, cobra especial relevancia para dar un servicio único y totalmente natural.
Así mismo, el consumo de sal sin refinar para uso doméstico, está siendo cada vez más habitual entre los hogares españoles. La ingesta de cationes como el potasio en la concentración adecuada, contrarresta los efectos nocivos del sodio como pueden ser: el aumento de la presión sanguínea o la retención de líquidos. Además, permite una absorción más eficiente de los nutrientes a nivel intestinal, actúa como un antihistamínico inocuo, regula la contracción muscular, contribuye al mantenimiento de los huesos, etc.
El mayor inconveniente de la sal refinada es la incorporación de productos químicos artificiales, que alteran sus propiedades, influyendo indirectamente sobre los procesos fisiológicos y bioquímicos de nuestro cuerpo. Así, se produce la temida hipertensión y un enlentecimiento del metabolismo de los hidratos de carbono, que conduce finalmente a la obesidad, ese mal tan habitual en nuestra sociedad industrializada.
De ahí que con el paso del tiempo, este bien tan preciado haya terminado adquiriendo una fama nefasta. No obstante, si tienes oportunidad te recomendamos que apuestes por la sal sin refinar, y poco a poco ¡tus platos y tu salud notarán la diferencia!
Esperamos que este artículo sea de ayuda y no dudes en consultarnos o dejarnos un comentario.
Gracias y Hasta pronto